top of page

Mi aprendizaje académico, emocional y social

 

Durante este semestre, especialmente en la materia de Desarrollo y Relaciones Humanas con la doctora Deyanira Camacho Javier, aprendí más que conceptos teóricos. Académicamente, reforcé mi comprensión sobre cómo funciona la personalidad, la comunicación y las dinámicas humanas; entendí que detrás de cada decisión, reacción o comportamiento siempre hay un significado más profundo. Las actividades que llegamos a realizar me permitieron verme desde una perspectiva diferente y descubrir patrones internos que normalmente no vemos.

Emocionalmente, este semestre me abrió los ojos: aprendí a escucharme, a identificar mis reacciones y a entender que mis decisiones también hablan por mí.

 

Socialmente, viví una experiencia intensa con el proyecto del Día de Muertos. Coordinarnos como grupo fue un reto, y entre desacuerdos, actitudes pesadas y caos, terminé saliéndome del equipo de edecanes. Lo sorprendente fue que, sin decir nada, varias personas más hicieron lo mismo. Ahí aprendí dos cosas importantes:

 

 1. Que tomar una decisión por paz mental no me hace menos profesional, al contrario, me define.

 

 2. Que tu energía y tu postura, aunque no digas nada, influyen más de lo que uno se puede imaginar. Hasta la maestra asumió que yo era la líder del grupito que desertó, lo cual me hizo entender que a veces uno proyecta más fuerza y dirección de la que cree.

 

A nivel personal, todo esto me ayudó a ver la dinámica social con mayor claridad: quién trabaja en serio, quién sólo posa, quién aporta y quién se maquilla por horas para no hacer nada (literal). Reforcé mi capacidad sobre poner límites, a no cargar con el caos de otros y a mantenerme fiel a lo que sí va conmigo.

 

Este semestre confirmé que nada es tan casual como creemos.

 

bottom of page